...porque ella es, en sí misma, pura y tierna locura.
Locura de amor,
de libertad,
locura de proyectos
que se idean y se construyen,
que se aferran fuertemente a vuestras convicciones
y tiemblan de excitación ante el futuro
como un niño que se encuentra,
por vez primera frente al mar.
Y es enfermedad contagiosa,
que todo el mundo aspira a contraer,
y nos pegamos,
estrechitos,
muy pegados a vuestras caras
(a ver si cogemos algo)
radiantes y sonrientes,
como esos soles que trazan los pequeños
y que ocupan el espacio completo del dibujo.
Es locura
y a la vez cordura,
cordura por saber cuándo
y cómo será el próximo paso.
Poco
muy poco a poco,
muy seguro y lento,
como Ichi pegado al teléfono
pidiéndonos hacer un último repaso,
en tiempos de Chicharro y Vaticón.
Firme y reluciente,
como Estrella Polar en la noche
de ese navegante que en sus sueños persigue incansable
el puerto que le devuelva al calor de su hogar
Pequeña y dulce locura,
que irradiáis frente a todos sin moderación,
radioactiva y letalmente beneficiosa
que penetra hasta el más remoto de vuestros rincones,
no dejéis que se vuelva cuerda y previsible,
pues es su naturaleza
ser sorpresa y ser relámpago,
ser centella e inspiración,
un suspiro lento, profundo y sonoro
que conquista vuestros pulmones,
ansiosos por mostrarse vivos y repletos,
inmensamente satisfechos
por sentir esa lunática, mágica y excéntrica emoción."
Felicidades, con locura, mis pequeños rarunos.
dANI Keral.
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